lunes, 4 de enero de 2010

El orden alterno o el tiempo olvidado

Agitó sus alas blancas, entumecidas por el cansancio, antes de plegarlas junto a su lomo gris plata. Una noche de vigía y refriega era dura hasta para un líder como él, el Gran Dragón de las regiones gélidas, el Maestro Zenillion.

El tiempo de nobles alianzas quedaba lejos en la memoria de los trovadores y ya poco subsistía de los pactos de respeto y colaboración que se firmaron en el Valle de las Ilexindus. Tan sólo los grandes señores, dueños de los secretos de la magia, Hechiceros, Dragones y Xanas, lucharon por preservar los antiguos preceptos que asegurasen un equilibrio y la persistencia de la Humanidad.

Zenillion arrastró sus patas hacia las profundidades de su gruta. En el interior sólo le esperaba el fuego sagrado siemprevivo junto al que encontraba descanso plácido, pero aquella jornada la vigilia no sería más que una leve duermevela, pues el mensaje expuesto en el Triángulo Equidistante era más preocupante de lo que venía siendo habitual.

Su familia había partido junto con sus hermanos dragones dejando el vasto territorio terrestre en dirección al reino de las nubes, donde olvidarían para siempre al resto de especies y vivirían en paz junto a los suyos. Pero para Zenillion aún quedaba esperanza, el tiempo de los cultos a la naturaleza y sus fuerzas vitales no estaba totalmente olvidado y los antiguos lazos mágicos no habían desaparecido del todo.

Zenillion, al igual que el Señor de los Hechiceros del Gran Norte y la Dama de las Xanas del Bosque Vivo, sabía que la única esperanza de los humanos residía en su categórica lucha contra las leyes oscuras impuestas por mentes corrompidas, que la única esperanza residía en la fe y la absoluta convicción de que la naturaleza humana no había alcanzado el punto de no-retorno.

Con todos estos pensamientos en su corazón se anunció el sol por el horizonte y sus escamas se endurecieron hasta convertirse en el más duro diamante, ya no tendría que temer por su existencia hasta que volviera a caer la noche.

5 comentarios:

  1. No sé porqué este relato breve me ha recordado tanto a Rubén Darío... tanto, tanto...

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  2. Vaya, muchísimas gracias Esther, es un honor para mí que el primer comentario de mi blog sea tuyo y que un escrito mío te recuerde a Darío es un elogio que creo no merecer.
    Espero que te guste este blog y todo su contenido en futuras visitas
    Un abrazo

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  3. Interesante historia de ficción, bien hilada y con un mensaje grandioso: mientras tengamos esperanza nada está perdido, aunque el resto se haya marchado y estemos solos.
    Un saludo y enhorabuena.

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  4. Muchas gracias Mercedes por hacerte seguidora de mi espacio y por la buena crítica que haces de mi historia.
    Nos vemos pronto por la red, nos vemos pronto en las historias

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  5. ...ahora que le pongo letra a tu retoño, ahora que estoy calada de tu relato, no puedo sino fabricar oníricas alas en mi espalda...y seguirte el vuelo. Ya ha caído la noche, ¿hacia dónde iremos hoy?...

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