
Sus patas están cansadas y abrasadas por el calor del astro rey, sus ojos cegados por su claridad y sus oidos sordos de sombra, pero sólo él conoce el trayecto y por siempre jamás será guía y soporte de la estrella más imponente del cielo.
Sus pasos son lentos pero implcables y su afán roza la demencia, pero es consciente de que, si una mañana, su ánimo se desvanece será el fin de todo lo creado. La oscuridad se hará dueña del universo tras aposentarse en su cozarón. Pero su convicción es superior a lo comprensible, le guía el gran Dios que todo lo creó de sí mismo.
Pasarán las eras, siglos y centurias. Las viejas religiones serán olvidadas, pero el Gran Señor Khepry seguirá su camino incesante, su largo paseo imbuido de luz, la que el Gran Dios creó para los hombres en el inicio del universo y que jamás tendrá fin, como no lo tendrá el escarabajo que cada mañana vence las sombras con su persistente determinación de ser el único que vivirá por siempre.

Tu estilo es impecable y sigues siendo fiel a ti mismo. A tu forma de contar las cosas, a tu estilo un tanto recargado, pero que aflora en tí de forma natural, de forma espontánea. Porque tú eres así. Una persona llena de creatividad, de imaginación, de retórica.
ResponderEliminarSigue en esa línea, sigue escribiendo. no conozco mejor terapia para superarse, para ser cada día mejor persona, que es un tema en el que tú trabajas a diario.
Una historia que hace reflexionar sobre el paso del tiempo y lo que sobrevive a éste. Pero, siempre el pero, permíteme que te diga: el sol también morirá, dentro de cinco mil mollenes de años (mera propina para la eternidad), pero morirá, y, entonces, ¿qué hará entonces el señor Horus-Re?
ResponderEliminarSaludos.
Saludos Mercedes, siento mi tardanza.
ResponderEliminarEl Señor Horus-Re nunca morirá, pues solo mueren aquellos que son olvidados y nadie, ni humanos perecederos como el Sol, ni dioses, creadores sempiternos de todo lo visible y lo invisible, echará en el olvido a aquel que cada mañana cruza la bóveda celeste hasta el fin de los tiempos, pues suya es la luz del Sol y aun cuando éste falte, Horus-Re seguirá con su paseo celeste hasta el ultimo día del universo
Buenas, el comentario de Mercedes, aún siendo un hombre de ciencia, no me place. ¿Cómo puede el ser humano, verdadera efímera del universo, valorar el nacimiento o el ocaso de los soles?, y siendo menos literario, hace cien años no existían los agujeros negros y el átomo unicamente era una partícula indivisible, ¿que nos deparará la ciencia en un futuro? ¿quién puede decir esto es, y será?
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